miércoles, 17 de marzo de 2021

Adquisición y desarrollo del lenguaje

¿Qué es la adquisición del lenguaje?

El lenguaje es un sistema de signos que expresa ideas y sentimientos, y se caracteriza por la correspondencia entre significante y significado, entre forma y función. Por ello, cuando hablamos de la adquisición y desarrollo del lenguaje hacemos referencia a un largo y complejo proceso cognitivo a través del cual los seres humanos adquirimos la capacidad de comunicarnos verbalmente usando la lengua que se habla en nuestro entorno familiar y social para poder interactuar en él. Tiene lugar en muy poco tiempo y a una edad muy temprana.

¿A qué se le conoce como el desarrollo del lenguaje?

El desarrollo del lenguaje requiere un ajuste entre el significante y el significado, entre la comprensión y la expresión, siendo todos requisitos necesarios para la comunicación. Sin embargo, el manejo de este sistema complejo tiene lugar en muy poco tiempo y a una edad muy temprana y es lo que conocemos como desarrollo del lenguaje, a ese proceso de adquisición del dominio suficiente de la lengua que se habla en el entorno familiar y social para poder interactuar en él bajo la estructuración del pensamiento y transmisión de información.

¿Por qué la psicolingüística es considerada una disciplina?

La psicolingüística es considerada una disciplina, ya que es una rama de la psicología encargada de estudiar cómo la especie humana adquiere el lenguaje y los mecanismos cognitivos que intervienen en el procesamiento de la información lingüística, es decir, es el área del saber que examina los procesos inherentes a la utilización del lenguaje en la comunicación humana.

¿Por qué se afirma que la genética influye en la adquisición y desarrollo del lenguaje?

Tras haber descifrado el lenguaje de la genética se está empezado a conocer la genética del lenguaje humano. Se han caracterizado genes directamente implicados en la regulación del lenguaje. Mutaciones en FOXP2 y duplicaciones en otras regiones del cromosoma 7 causan alteraciones específicas del desarrollo del lenguaje y dispraxia orofacial. Se han identificado también diversas regiones cromosómicas que albergan genes reguladores de rasgos cuantitativos del lenguaje y de la capacidad de lectura. Es de esperar que los próximos años presencien la identificación de genes adicionales controladores de la capacidad de hablar. El estudio de la función de estos genes permitirá descifrar y comprender los procesos biológicos complejos de desarrollo y maduración del cerebro humano y sus interacciones con factores ambientales.

De acuerdo a los fundamentos teóricos sobre la adquisición y el desarrollo del lenguaje. ¿Qué establece las teorías conductista, innatista, cognitiva e interaccionista?

En primer lugar, la conductista que tiene como uno de sus representantes más importantes al psicólogo norteamericano Burrhus Frederic Skinner, sostiene que todas las conductas del ser humano se rigen por el esquema general de Estímulo-Respuesta. Esto quiere decir que lo que hacemos tiene consecuencias que pueden ser buenas o malas, siendo capaces de anticiparlas para comportarnos de una forma u otra.

En lo referente al lenguaje, la Teoría Conductista afirma que es una conducta más que funciona de forma similar a otros comportamientos del ser humano, como el caminar o la capacidad cognitiva, y que existe gracias a una serie de estímulos que contribuyen a la aparición, mantenimiento y desarrollo de la conducta verbal. Por ejemplo, nosotros animamos a nuestros bebés a realizar diferentes sonidos. Cuando éstos se aproximan a las palabras mamá o papá, el niño descubre que pueden ocurrir toda clase de acontecimientos, como que sonreímos o le cogemos en brazos.

Defiende que la imitación es la capacidad infantil que sirve de motor o permite acceder al lenguaje, junto a la necesidad de satisfacción de determinadas necesidades como comer, beber o jugar. En función del refuerzo que obtengan del entorno, los niños cambiarán o ampliarán progresivamente sus emisiones verbales, haciendo que cada vez se parezcan más al lenguaje de los adultos según vayan creciendo.

En segundo lugar, la innatista defendida por el lingüista, filósofo y activista estadounidense Avran Noam Chomsky quien atacó mediante su primer trabajo, derivado de su tesis doctoral, a las ideas que defendía la Teoría Conductista y que eran las seguidas por aquel entonces. A  su vez, Chomsky afirma que existe un dispositivo innato ubicado en el cerebro, el Dispositivo para la Adquisición del Lenguaje, que permite aprender y utilizar el lenguaje de forma casi instintiva, comprobando además que los principios generales de la gramática son universales para todos los seres humanos, defendiendo así la existencia de una Gramática Universal.

Para los seguidores de la Teoría Innatista, el lenguaje es algo innato del ser humano, y no algo aprendido, como defendía el conductismo. Es decir, el lenguaje se adquiere porque los seres humanos estamos biológicamente programados para ello, sin importar el grado de dificultad de la lengua. Los principios que defiende esta teoría con respecto al resto son que:

·         El aprendizaje del lenguaje es algo específico del ser humano.

·         La imitación tiene pocos efectos a la hora de aprender el lenguaje.

·         Las emisiones verbales de los niños no son repuestas aprendidas de otras personas.

Para explicar la Teoría Innatista del lenguaje, se propone el concepto de Dispositivo para la adquisición del Lenguaje, que sería algo similar a un procesador lingüístico innato donde hay grabada una gramática universal o, en otras palabras, el conocimiento de las reglas presentes en todas las lenguas. La existencia de esta gramática universal significa que existe una serie de reglas gramaticales similares para todas las lenguas. Aunque esto no supone que todas las lenguas naturales tengan la misma gramática.

Para cada lengua, este Dispositivo para la Adquisición del Lenguaje es capaz de recibir los estímulos lingüísticos del entorno del niño y, a partir de ellos, derivar las reglas gramaticales universales que componen el lenguaje y así formar oraciones nuevas y bien estructuradas. Dicho de otra forma, el Dispositivo para la Adquisición del Lenguaje programa al cerebro para analizar el lenguaje escuchado y extraer estas reglas, específicas de cada entorno.

Los niños no necesitan ningún tipo aprendizaje para adquirir el lenguaje, ya que se obtiene y se desarrolla basándose en un mecanismo de adquisición del lenguaje universal, específico de la raza humana, preprogramado en cada uno que comienza a desarrollarse inmediatamente al estar expuesto al entorno. Así, la exposición a la lengua que se utiliza en su entorno es el único requisito necesario para adquirir lenguaje. Aunque bien es cierto que esta teoría también habla de un período crítico para la adquisición del lenguaje a partir del cual se haría muy difícil el poder desarrollar lenguaje.

En tercer lugar, el cognoscitivismo representado por Jean Piaget, psicólogo suizo, la Teoría Cognitiva, en lo referido al origen del lenguaje, puede considerarse un añadido a la visión innatista, puesto que comparte con ella las bases relacionados con la individualidad del niño o una concepción general del lenguaje como capacidad de representación. No obstante, la diferencia entre ambas teorías la encontramos, casi con exclusividad, en que la Teoría Cognitiva defiende que el origen del lenguaje está íntimamente vinculado con el desarrollo cognitivo, de tal forma que el niño aprenderá a hablar sólo cuando acceda cognitivamente a un determinado nivel de ese desarrollo cognitivo.

En otras palabras: nuestro hijo aprenderá a hablar en el momento en que esté preparado cognitivamente para ello. Los innatistas, por el contrario, querían demostrar la existencia de una independencia del lenguaje frente a otros aspectos cognitivos. Según esta teoría la adquisición del lenguaje depende del desarrollo de la inteligencia, es decir, se necesita inteligencia para poder adquirir un lenguaje. En esta teoría se busca reflejar cómo se desarrolla nuestra capacidad cognitiva desde los primeros años de vida hasta que la madurez intelectual.

La inteligencia empieza a desarrollarse desde que nacemos, mucho antes de que el niño hable, por lo que el irá aprendiendo a hablar según su desarrollo cognitivo evolucione y alcance el nivel necesario para ello. Es el pensamiento el que hace posible adquirir un lenguaje, lo que implica que cuando el ser humano nace no posee un lenguaje innato (como afirmaba la Teoría Innatista), sino que lo va adquiriendo poco a poco como parte del desarrollo cognitivo. Así mismo, una vez adquirido el lenguaje, éste ayudará al niño a desarrollarse a nivel cognitivo. En el proceso de adquisición del lenguaje, esta teoría establece dos tipos de habla:

·         Habla egocéntrica: que corresponde con el tipo de habla que el niño utiliza para poder expresar sus pensamientos en esta etapa, más que para comunicarse socialmente. Este lenguaje se va reduciendo hasta desaparecer después de los siete años aproximadamente. (Por ejemplo, cuando nuestro hijo está jugando con los encajables y dice en voz alta “el círculo va aquí”. No nos lo está diciendo a nosotros, sino que sus pensamientos los está plasmando en voz alta). 

·         Habla social: es la que se desarrolla después de la egocéntrica (en el caso de los encajables, cuando sí quiere comunicarnos a nosotros, que le estamos viendo, dónde tiene que colocar la figurita). La construcción progresiva de diferentes “esquemas” sobre la realidad es una señal de que la inteligencia del niño se está desarrollando.

Desde que los niños nacen, construyen y acumulan estos “esquemas” que surgen de la exploración del ambiente en el que viven, adaptándolos a la hora de enfrentarse a experiencias hasta entonces desconocidas para ellos. Otra idea de la Teoría Cognitiva es que el aprendizaje empieza con las primeras experiencias sensorio-motoras, formadas con el desarrollo cognitivo y el lenguaje, donde el aprendizaje continúa por medio del conocimiento al interactúa con el entorno que le envuelve.

Así, para alcanzar el máximo desarrollo mental, nuestro hijo debería atravesar desde su nacimiento diferentes y progresivas etapas del desarrollo cognitivo, las cuales no puede saltarse, ni nosotros podremos forzarle para lograrlas más rápidamente. La teoría de Piaget identifica cuatro etapas en el desarrollo del niño, las cuales son: etapa motora-sensorial (desde que nace hasta los dos años), etapa preoperacional (de los dos a los siete años), etapa concreta-operacional (de los siete a los doce años) y la etapa formal-operacional (desde los doce hasta la adolescencia).

 

Por último, la teoría interaccionista tiene como máximos representantes al psicólogo ruso Lev Vigotsky y al psicólogo estadounidense Jerome Bruner. Ambos opinaban de forma bastante similar (aunque con ciertas diferencias) a la relación que defendía Piaget y la Teoría Cognitivista entre lenguaje y pensamiento. Si tuviéramos que decir qué es lo que une ambas teorías, podríamos decir que son las reglas sociales, culturales y psicológicas que orientan al niño a cómo usar el lenguaje en los distintos contextos en los que se mueve.

Los interaccionistas opinan que, junto al Dispositivo para la Adquisición del Lenguaje (propuesto por Chomsky y la Teoría Innatista), existe una especie de ayuda que facilita la adquisición del lenguaje, la cual correspondería al entorno del niño y a todas las personas del mismo que interactúan con él. De este modo, en esta teoría podemos hablar andamiaje, Zonas de Desarrollo Próximo y Formatos.

El andamiaje es un proceso de enseñanza facilitador del aprendizaje del bebé y del niño. Gracias a él, el niño es dirigido, a través de pequeños pasos que puede entender, hacia lograr el éxito de una tarea completa más difícil. Todo ello teniendo en cuenta la Zona de Desarrollo Próximo del niño. Estas Zonas de Desarrollo Próximo son una forma de ver si el aprendizaje está o no adecuado a los niveles de desarrollo real y potencial del niño. Es decir, la diferencia entre aquello que es capaz de hacer el niño por sí solo y aquello que sería capaz de hacer con la ayuda de otra persona más capaz.

Hablar del andamiaje puede ser de dos tipos: vertical (cuando los adultos piden al niño progresivamente más información sobre el mismo tema) o rutinas a modo de juego (las interacciones entre un adulto y un niño estructuradas que pueden ofrecer la posibilidad de predicción necesarias para el desarrollo del lenguaje). Por ejemplo, para entenderlo mejor. En el caso del andamiaje vertical, mientras le enseñamos un libro a nuestro hijo, éste puede decir de forma espontánea "oso". Nosotros, que estamos con él en ese momento, podemos responder de muchas formas: "¿cuántas patas tiene el oso?", "¿has visto alguna vez un oso?", "¿qué comen los osos?"...

Otro ejemplo, referido a las rutinas a modos de juego, podría ser mientras bañamos o damos de comer al pequeño. Es una situación muy estructurada, ya que el niño sabe qué va a ocurrir en cada momento. Entonces, aprovechamos ese conocimiento sobre el futuro para animar al niño a emplear el lenguaje ("¡Aquí viene la esponja para lavarte la espalda!", "¡Abran la boca, que llega el avión lleno de comida...!"). Los formatos son aquellos contextos comunicativos en los que el niño llega a dominar el lenguaje, recogiendo las regularidades sociales y acompañando a momentos comunes en la vida del niño, como pueden ser las comidas, el baño o los juegos.

Una característica muy importante de los formatos es que tiene una estructura regular rutinaria e implica al menos dos personas: el niño que está adquiriendo el lenguaje y otra persona (madre, padre, abuelo, hermana...), así como unas reglas que permiten que el formato se realice de forma adecuada (en el juego del "cucu-tras" tiene una estructura que es siempre igual, por lo que el niño aprenderá más fácilmente esta rutina y podrá desarrollar mejor el lenguaje anticipando, por ejemplo, cuando va a "desaparecer" la mamá o el papá y cómo hacer para que "regrese"). Según esto, la aparición del lenguaje depende de la ayuda que nos ofrece la estructura de las rutinas sociales en las que los adultos y los niños están participando.

Pero los formatos no solamente han de ser secuencias de actividades, sino que también deben referirse a manifestaciones del lenguaje que tienen lugar en un contexto. Es decir, pueden existir requerimientos de objeto, los cuales implican el requerimiento directo de un objeto visible, para más tarde referirse a objetos más distantes en el espacio y, finalmente, a los no visibles (por ejemplo, "dame vaso"). También podemos encontrarnos requerimientos de invitación mediante los cuales requerimos a otra persona para compartir la actividad ("papá ven"). Y otro tipo pueden ser los requerimientos de ayuda, que los hace el niño a un adulto para que le ayude a alcanzar un determinado objeto ("¿me abres la caja?").

Mencione y desarrolle las fases del desarrollo lingüístico del niño.

·         Fase I (Fase de las vocales): Entorno a los dos años, los niños empiezan a producir sus primeros sonidos y, aunque a menudo están muy distorsionados, se tratan de vocales (a, e, i, o, u). Estos son los sonidos más fáciles, dado que solo implican la obertura de la boca. Algunas vocales son más fáciles (a, i, u) que otras (e, o) y, en una siguiente fase, se  pueden unir entre ellas para formar los llamados diptongos crecientes (ia, ua, ie, ue, etc.) y diptongos decrecientes (ai, au, ei, eu, etc.).

 

·         Fase II (Fase de las oclusivas sordas y nasales): A los tres años empiezan a aparecer los primeros sonidos consonánticos, que consisten en sonidos parecidos a pequeños golpes oclusivos (p, t, k). Aparecen, entonces, palabras fáciles como papá, pipí, tete o caca. Poco tiempo después, llegan los sonidos que implican salida de aire por la nariz, es decir, los conocidos con el nombre de nasales (m, n) que dan lugar a palabras fáciles como mama o nene.

·         Fase III (Fase de las oclusivas sonoras): Un poco más tarde, alrededor de los tres años y medio, surgen sonidos muy parecidos a las primeras consonantes, aquellos que son parecidos a pequeños golpes oclusivos, pero ahora con mayor sonoridad, es decir, con la implicación de mucho más movimiento en las cuerdas vocales (b, d, g). Así es como pueden empezar a decir palabras un poco más complejas como bibe, dame o gato.

·         Fase IV (Fase de las fricativas): Posteriormente, entorno a los cuatro años, aparecen los sonidos que implican mayor fricción del aire en la boca y, por ello, mayor control (f, z, s). Palabras como foca, zapato o sopa, entre muchas otras, son muy habituales en esta fase.

·         Fase V (Fase de las laterales): Llegamos a los cuatro-cinco años, un momento en el que se empieza a trabajar los sonidos donde se escapa el aire por los laterales (l, ll), pudiendo aparecer palabras definidas como leche o pollo, así como todas las posibilidades de grupos consonánticos (pl, bl, fl, gl, cl) como, por ejemplo, plato o globo.

·         Fase VI (Fase de las róticas): Como última etapa, es decir, sobre los cinco y los seis años, se acaban de consolidar dos de los sonidos más complejos de nuestra lengua, dado que implican de vibración en la punta de la lengua (r, rr). Aquí encontramos palabras ya más nítidas como pera o perro, así como todas las posibilidades de grupos consonánticos (pr, br, fr, tr, dr, cr, gr) que seguramente antes eran distorsionados o substituidos por sus parecidos grupos con ele citados anteriormente.

Mencione y desarrolle las etapas de adquisición del lenguaje (lingüística y pre-lingüística).

·         Etapa pre-lingüística (0 – 12 meses): Esta etapa tiene diferentes periodos o subetapas como balbuceo, laleo, ecolalia y juegos vocálicos. Esta etapa se caracteriza por:

Ø  El grito-llanto son las primeras señales comunicativas previas al lenguaje articulado. Evoluciona desde las manifestaciones de malestar o insatisfacción, a conductas intencionales a las respuestas fonéticas, semánticas o sintácticas que recibe.

Ø  Aparecen señales comunicativas visuales, motoras, mímicas y de faciales (sonrisa).

Ø  La succión y motricidad voluntaria de los labios inicia la posibilidad de un accionamiento motor de los órganos de articulación.

Ø  A los dos meses, sigue al adulto, le gesticula, sonríe a los rostros conocidos y emite vocalizaciones aisladas. A los tres y cuatro meses reacciona y sigue objetos, sonríe al adulto, balbucea con vocalización prolongada, modula la entonación y emite carcajadas. 

Ø  La ecolalia, es la aparición los primeros fonemas o emisiones articuladas intencionalmente. A los 5 – 6 meses percibe significados, emite sonidos agudos, ruidos, burbujas… A los 7 – 8 meses vocaliza silabas y sonidos de llamada. Le interesa el ruido y lo produce. A los 9 – 10 meses imita palabras sin sentido y sonidos.

·         Etapa lingüística (de 1 a 7 años): Sus subetapas son:

 

Ø  Holofrásica (de 12 a 18 meses): El niño usa una palabra para toda una frase.

 

Ø  Telegráfica (de 18 a 24 meses): Con frases de dos palabras.

 

Ø  Etapa de la frase simple (de 2 a 3 años): El niño usa frase de dos a cuatro elementos.

 

Ø  Etapa de Educación Infantil (de 3 a 6 años): Es una etapa de expansión gramatical y adquisición de los recursos fundamentales de la lengua, pasando de un lenguaje egocéntrico al socializado de forma progresiva.

 

Ø  Etapa de Educación Primaria (de 6 a 12 años): Desarrollo del código grafémico y pasamos del monologo al habla socializada paulatinamente.

¿De qué trata el proceso de adquisición y desarrollo del lenguaje en la educación primaria o básica, por qué debe reformarse?

Se trata del fomento de la función comunicativa del lenguaje desarrollando la capacidad de usar el lenguaje como un instrumento de comunicación, representación y conocimiento donde aprender una lengua implicara aprender a usarla, manipularla, crearla y recrearla. Asimismo, la Educación Primaria interviene de forma decisiva en la organización del pensamiento, la regulación de la propia conducta y el intercambio social, el léxico se amplía cada vez más y es mucho más correcto, la sintaxis se hace más compleja y las estructuras gramaticales se acomodan al uso convencional. Los niveles de adquisición del lenguaje quedan estructurados según el marco curricular de la siguiente forma:

·         1° y 2° de Primaria: Pronunciación correcta de los sonidos y palabras, descripciones, narraciones de anécdotas siguiendo un orden cronológico, recitado de retahílas y poemas sencillos, participación en conversaciones y monólogos…

 

·         3° y 4° de Primaria: Relata conocimientos, resume oralmente un texto escuchado, expresa opiniones, memoriza y recita poemas, teatraliza, usa la mímica, realiza exposiciones y argumentaciones, busca información en textos orales…

 

·         5° y 6° de Primaria: Expresión y producción de textos orales de distintos tipos (instructivos, informativos, persuasivos,..), distinción de ideas principales y secundarias, participación en debates, recitado de poemas conocidos, realización de entrevistas, dramatización…

Sin embargo, este proceso requiere una reforma para cambiar las concepciones sobre el aprendizaje del lenguaje, correlativamente, la construcción de nuevas formas de trabajo en aula. Tomando como practica fundamental la producción e interpretación de los textos orales y escritos, se incluyen los diferentes modos de participar en los intercambios orales y analizarlos, de leer, interpretar, estudiar y compartir los textos y de aproximarse a su escritura.

Por lo que, en las prácticas los individuos aprenderán a hablar e interactuar con los otros; a interpretar y producir textos, a reflexionar sobre ellos, a identificar problemas y solucionarlos, a transformarlos y crear nuevos géneros, formatos y soportes. Todo lo nombrado anteriormente, debe ser realizado bajo nuevas estrategias pedagógicas que se ajusten a las individualidades de cada caso.

¿Qué son estrategias de aprendizaje y estrategias de estimulación del lenguaje? Justifique su respuesta.

Las estrategias de aprendizaje son una secuencia de operaciones cognoscitivas y procedimentales para procesar información y aprenderla significativamente, los procedimientos usados en una estrategia de aprendizaje se denominan técnicas de aprendizaje. En cambio, las estrategias de la estimulación del lenguaje es aquella que se realizan desde los primeros años a las capacidades cognitivas básicas del niño y el desarrollo de las bases anatómicas y funcionales del lenguaje desde su nacimiento.

¿Cuál es la edad estándar que se establece como el momento máximo de adquisición del lenguaje?

Hablar de una  edad estándar es un poco variable, puesto que no existe gran variabilidad  en la adquisición del lenguaje dependiendo en gran manera de la estimulación del desarrollo del lenguaje expresivo. Normalmente, El lenguaje aparece como vocalización al mes y a los 3 meses se agregan consonantes, a  los  6 meses  disílabos, al año dicen 2-3 palabras entre las cuales está papá o mamá, se va dando un aumento gradual de su vocabulario hasta los 18 meses que aumentan desde 10 palabras en promedio a más de 100 a los 2 años, posteriormente con el paso del tiempo los niños conocen al menos 1.500 palabras a los 3 años.

A pesar que desde la temprana infancia se observan elementos precursores del lenguaje verbal que, al carecer de valor simbólico, a los 4 años prácticamente en su totalidad es el momento máximo de la adquisición del aprendizaje, puesto que es capaz de comprender las "acciones" y conoce la función de los objetos. Sin embargo, algunos niños alcanzan este punto o momento máximo a la edad de 6 años e incluso otros más grandes, siendo esta la razón que imposibilita definir una edad estándar.

¿El lenguaje es heredado o aprendido?

Muchas veces nos preguntamos cómo se adquiere el lenguaje, cómo somos capaces de aprender a hablar, si el lenguaje es innato o adquirido. Una mínima reflexión es suficiente para convencernos de que el lenguaje es innato y adquirido al mismo nivel. El lenguaje no se hereda como tal. Un niño nacido de padres rusos, pero educado en un entorno español, desarrolla el español y no el  ruso.

Queda claro también que ningún lenguaje podría comprenderse, producirse o adquirirse, de forma general, aún en condiciones de entorno excelentes, sin una disposición anatómica y neuropsicológica particular que se articula sobre una base hereditaria, aunque los órganos no puedan desarrollarse hasta la madurez sin que intervengan las estimulaciones, el funcionamiento y el medio adecuado. Es por ello que el lenguaje es al mismo tiempo heredado y adquirido.

Varias capacidades fundamentales para la práctica lingüística son, sin duda, en buena parte hereditarias. Se trata de una capacidad asociativa, en la que están implicadas las asociaciones significado – significante que se encuentran en la base del signo lingüístico. De una segunda capacidad de categorización, la cual, permite el parcelado de la realidad en un cierto número de categorías que se corresponde con las clasificaciones léxicas y semánticas.

Y una última capacidad de análisis secuencial y de linearización que autoriza la combinación de los elementos verbales según las secuencias privilegiadas de las lenguas. Es igualmente necesario revisar lo que se denomina la base cognitiva del desarrollo lingüístico. En el sentido más fundamental, lo cognitivo precede necesariamente a lo lingüístico. Los contenidos trasmitidos por el lenguaje y las operaciones lingüísticas implicadas en la comprensión y la producción de los enunciados se reflejan y se remite a los niveles alcanzados por el niño y el individuo en general, sobre el plano del  desarrollo y del funcionamiento cognitivo. Cuanto mayor es el hándicap mental, más importantes son el retraso y los déficits lingüísticos.

Se ha demostrado, por otra parte, que el lenguaje dirigido al niño en vías de adquisición está adaptado al nivel de desarrollo del niño. El lenguaje adulto dirigido al niño pequeño está bien articulado. El vocabulario utilizado está adaptado a los conocimientos del niño y a su nivel intelectual. Los enunciados son más cortos que aquellos de los adultos, con menos interrupciones en el curso de la frase, falsos inicios de frase, haciéndose más complejo a medida que el niño lingüísticamente se va desarrollando.

¿Cuáles son los principios para el estudio del lenguaje infantil?

El primer principio hace referencia al lenguaje como un fenómeno social, donde el niño aprende la lengua o las lenguas que oye en su ambiente. La necesidad de comunicarse. Por ejemplo, cuando llora de hambre un lactantes el impulso fundamental que motiva la adquisición de una lengua. A medida que el niño crece, irá necesitando aprender varias formas del lenguaje: la jerga de su grupo, las características del texto expositivo formal, los estilos orales de contar historias y los géneros creativos, poesía y ficción, entre otros. A fin de participar más plenamente en la sociedad.

Así mismo, los niños aprenden el lenguaje sin instrucción directa y en un lapso relativamente breve, a los 7 años de edad, casi todos han aprendido ya 90% de las estructuras que emplea el adulto en la sociedad. Formulan preguntas, forman oraciones negativas, seleccionan los pronombres apropiados y producen oraciones de estructura compleja como las oraciones relativas. Además del conocimiento estructural, también aprenden a usar el lenguaje en contextos más generales. Pueden entablar conversaciones, adaptar el lenguaje a su audiencia, como lo haría un adulto al hablar con un niño de dos años, e inventan chistes y juegos de palabras.

          A medida que crece el niño, comienza a combinar la estructura que aprendió para comunicar ideas más complejas, domina la expresión escrita y adquiere gracia y habilidad en el uso del idioma dentro de varias situaciones sociales. Todas las lenguas son sistemas de símbolos con reglas socialmente establecidas para combinar los sonidos en palabras, para crear significado por medio de ellas y para disponerlas en oraciones: Los niños formulan estas reglas de modo inconsciente mediante la observación y la prueba de hipótesis. Observan a los demás y se forman una idea de cómo expresar algo, probar su idea hablando y modificar el resultado final según se necesite.

El niño aprende a hablar participando en intercambios sociales. El contexto donde aprende no sólo apoya la producción de expresiones bien formadas, sino también las apropiadas a la situación. Por ser el lenguaje tan complejo, los niños no pueden aprender todo el sistema en un solo intento, pasando por etapas en que van aprendiendo algunas cosas a la vez; por ejemplo, combinar dos palabras en forma significativa (mamá calcetín). Por último, el lenguaje está ligado a la identidad personal, ya que por medio del lenguaje podemos interactuar con la gente e interpretar el mundo. Este proceso nos permite adquirir el sentido del yo, comunicar nuestras ideas y compartir nuestras experiencias con otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario