Bandura (1973) Teoría del Aprendizaje Social.
Indica que la agresividad de un individuo depende de factores
ambientales (castigos, refuerzos y estímulos) y factores personales
(pensamientos, expectativas, creencias, entre otros) que mediante un proceso de
determinismo recíproco interactúan entre sí. Los factores biológicos influyen
en la conducta violenta, los niños no nacen con la habilidad para llevar a cabo
comportamientos como, atacar físicamente a otra persona, o cualquier otro tipo
de manifestación de conducta violenta. Para explicar este proceso de
aprendizaje de comportamientos violentos, se recurre a las siguientes
variables: el modelado: Si un sujeto al que observa, obtiene un beneficio de la
actitud agresiva, éste incrementa la posibilidad de imitar ese comportamiento
para conseguir algo, que no es una mera conducta de imitación, sino que
inventan nuevas formas de agresión, generalizando así el efecto del modelado.
Pero, si por otro lado, el observador ve que de esa actitud no obtiene un
resultado positivo, si es castigado o recriminado, la probabilidad de imitación
se minimizará.
Esta teoría pone de manifiesto, la importancia que tienen los seres más
cercanos para el niño, como modelos a imitar en la resolución de problemas.
Cuando un niño vive rodeado de modelos, va adquiriendo un repertorio conductual
caracterizado por una tendencia a responder violentamente a las situaciones
conflictivas que pueden surgir con quien le rodea, ya que el niño tiende a
imitar los modelos de conducta que le rodean; así mismo, en el modelado
simbólico el niño observa en las películas, videojuegos, televisión, como otro niño de características
similares y realiza conductas violentas
con resultado positivo e incluso prestigio social, destacando que la influencia de la televisión como una de
las fuentes más significativas en el modelamiento de los niños, debido a la
gran cantidad de tiempo que pasan frente a ella y lo cotidiano que se ha hecho
en nuestras vidas, a sus contenidos poco adecuados en horario infantil y a su
gran parecido con la realidad.
De igual manera el modelado participante donde el niño no sólo
va a observar al modelo (normalmente el terapeuta) sino que además este lo
guiará para que realice las conductas deseables de aproximación a la situación
temida, prestándole apoyo y ánimo en todo momento. El aprendizaje por
observación de modelos agresivos, no se realiza de forma automática ya que hay
sujetos que no atienden a los rasgos esenciales del modelo, o bien porque la
observación del modelo se olvida. Evidentemente, la conducta agresiva está
influenciada por las consecuencias, por ello es modificable si influimos en los
resultados que produce (Bandura, 1973). En cada sujeto la agresión tiene un
valor diferente dependiendo de las circunstancias.
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