miércoles, 13 de marzo de 2019


Bandura (1973) Teoría del Aprendizaje Social.

Indica que la agresividad de un individuo depende de factores ambientales (castigos, refuerzos y estímulos) y factores personales (pensamientos, expectativas, creencias, entre otros) que mediante un proceso de determinismo recíproco interactúan entre sí. Los factores biológicos influyen en la conducta violenta, los niños no nacen con la habilidad para llevar a cabo comportamientos como, atacar físicamente a otra persona, o cualquier otro tipo de manifestación de conducta violenta. Para explicar este proceso de aprendizaje de comportamientos violentos, se recurre a las siguientes variables: el modelado: Si un sujeto al que observa, obtiene un beneficio de la actitud agresiva, éste incrementa la posibilidad de imitar ese comportamiento para conseguir algo, que no es una mera conducta de imitación, sino que inventan nuevas formas de agresión, generalizando así el efecto del modelado. Pero, si por otro lado, el observador ve que de esa actitud no obtiene un resultado positivo, si es castigado o recriminado, la probabilidad de imitación se minimizará.

Esta teoría pone de manifiesto, la importancia que tienen los seres más cercanos para el niño, como modelos a imitar en la resolución de problemas. Cuando un niño vive rodeado de modelos, va adquiriendo un repertorio conductual caracterizado por una tendencia a responder violentamente a las situaciones conflictivas que pueden surgir con quien le rodea, ya que el niño tiende a imitar los modelos de conducta que le rodean; así mismo, en el modelado simbólico el niño observa en las películas, videojuegos, televisión,  como otro niño de características similares  y realiza conductas violentas con resultado positivo e incluso prestigio social, destacando que   la influencia de la televisión como una de las fuentes más significativas en el modelamiento de los niños, debido a la gran cantidad de tiempo que pasan frente a ella y lo cotidiano que se ha hecho en nuestras vidas, a sus contenidos poco adecuados en horario infantil y a su gran parecido con la realidad.
          
De igual manera el modelado participante donde el niño no sólo va a observar al modelo (normalmente el terapeuta) sino que además este lo guiará para que realice las conductas deseables de aproximación a la situación temida, prestándole apoyo y ánimo en todo momento. El aprendizaje por observación de modelos agresivos, no se realiza de forma automática ya que hay sujetos que no atienden a los rasgos esenciales del modelo, o bien porque la observación del modelo se olvida. Evidentemente, la conducta agresiva está influenciada por las consecuencias, por ello es modificable si influimos en los resultados que produce (Bandura, 1973). En cada sujeto la agresión tiene un valor diferente dependiendo de las circunstancias.

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