Jean Piaget (1932)
teoría del desarrollo moral
Se basa en dos aspectos del razonamiento moral para formular sus teorías:
el respeto por las reglas y la idea de
justicia de los niños. Piaget estableció varias etapas de desarrollo moral por
la cual se entiende como un proceso moral que se conoce como teoría
cognitiva-evolutiva, y de manera simple buscar entender la moralidad de adentro
hacia afuera, como entendimiento del sujeto que luego se expresa en sus
actitudes, este psicólogo propone que hay tres factores que influyen tal como
el desarrollo de inteligencia, las relaciones entre iguales y la progresiva
independencia de la coacción de las normas de los adultos. El primer factor,
el desarrollo de la inteligencia, es el más importante, ya que es el que
permite a los otros dos actuar.
Intenta en sus teorías explicar el
funcionamiento interno de nuestras estructuras psíquicas y no se contenta con
explicar el aprendizaje únicamente a partir de la influencia exterior. Elaboró
en este sentido una teoría del desarrollo y el funcionamiento de la
inteligencia, donde defiende la existencia de fases o estadios en el desarrollo
de la misma. Estos estadios dependerían, por una parte, de la maduración
biológica del individuo y, por otra, de la influencia del medio social que
proveería de las experiencias adecuadas para aprovechar esta maduración. Plantea también la existencia de estadios en el
mismo, la etapa pre-moral abarca
los cinco primeros años de la vida del niño, cuando aún no tiene mucha
conciencia o consideración por las reglas.
De los dos a los seis años los niños son capaces de representar
las cosas y las acciones por medio del lenguaje, esto les permite recordar sus
acciones y relatar sus intenciones para el futuro. Estas
normas son, además, exteriores a los niños, impuestas por los adultos, por lo
tanto la moral se caracteriza en esta fase de desarrollo por la heterónoma, la cual se da entre
los 5 y los 10 años. Los niños en esta edad tienden a considerar que las reglas
son impuestas por figuras de autoridad poderosas, como podrían ser sus padres,
Dios o la policía.
Piensan además que las normas son sagradas e inalterables, abordan
cualquier asunto moral desde una perspectiva del bien o mal, y creen en una
justicia inminente, es decir, que piensan que cualquier mal acto, tarde o
temprano será castigado. De los siete a los once años, los niños adquieren la
capacidad de realizar operaciones mentales con los objetos que tienen delante. Las
normas dejan de ser vistas como cosas reales que tienen su origen en una
autoridad absoluta y exterior –los adultos– y comienzan a basarse en el respeto mutuo.
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