miércoles, 13 de marzo de 2019


Kennet Goodman. El aprendizaje del lenguaje integral (1986)

Su apreciación de la escritura es sencilla pero exacta, manifiesta que la escritura es el mejor invento que el ser humano pudo haber creado, con la misma, él puede expresar sus sentimientos, escribir su historia y su pasado, contar anécdotas y comunicarse con sus semejantes, sin ella, la comunicación escrita no sería nada, y no quedaría un registro de lo que sucediere en su vida y en la historia. El ser humano, a través de esta, se comunica materialmente, es decir, a través de un objeto, que puede ser un papel, una piedra, y deja pruebas materiales de algún hecho o suceso.

Considera que el conocimiento no se adquiere sino que se construye socialmente. No es algo que se pueda transmitir del maestro a las "cabezas vacías" de los niños; tampoco es algo escondido que se "descubre" con una serie de procedimientos dados. El conocimiento, más bien, es construido por los seres humanos mediante las relaciones sociales. En la escuela tradicional, se parte de la premisa de que el maestro transmitirá su conocimiento a los niños, en la escuela integral se parte de la idea de que los niños y el maestro forman juntos una comunidad de aprendizaje que investiga y crea el conocimiento. Si el maestro y los alumnos trabajan juntos en la construcción del conocimiento entonces el alumno debe ser respetado y sus inquietudes deben ser el centro del panorama educativo.

El lenguaje integral abarca todos los aspectos de la educación, aunque su forma particular de ver el proceso de lectoescritura es una de las bases de su teoría. Es mediante el lenguaje que se construye el conocimiento, razón por la cual el desarrollo de la lectoescritura tendrá una gran influencia en el proceso del aprendizaje. La forma en que se enseña la lectoescritura corresponde a la forma en que el niño aprende su lenguaje: del todo a las partes, de la función a la forma y dentro de un contexto real.

Hay dos conceptos principales sobre la escritura en el lenguaje integral: Primero, el aprendizaje de la escritura ocurre de la misma forma que el aprendizaje del lenguaje oral. Al igual que el habla, la escritura es una forma del lenguaje, por lo tanto, la misma ha de aprenderse mediante eventos auténticos que satisfagan las necesidades del niño y segundo el lenguaje es indivisible, para aprender a escribir no podemos "romper" el lenguaje en pedacitos como palabras aisladas o sílabas. Esto hace el aprendizaje de la escritura irreal y difícil. Además, las artes del lenguaje no son divisibles; hablar, escuchar, leer y escribir deben enseñarse de manera integrada.



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