Daniel
Goleman (1995) Teoría de la Inteligencia Emocional
Según Goleman (1995) existe un conocimiento de las emociones, y es función del
educador transmitirlo. Se basa en una visión conductista del aprendizaje, que
presupone que todos pueden aprender las emociones en lugar de estimular su desarrollo a través
de la construcción. Goleman
considera además que las emociones son parte del bagaje hereditario de cada individuo, lo que
lo convierte en un resultado del entorno. Sin embargo es importante señalar que
este acepta y refuerza la definición de un ser humano que necesita una educación centrada en la individualidad de
sus habilidades cognitivas, en la complejidad y particularidad de su
aprendizaje.
Para Goleman la inteligencia
emocional consiste en conocer las
propias emociones: El principio de Sócrates "conócete a ti mismo" se refiere
a esta pieza clave de la inteligencia emocional: tener conciencia de las
propias emociones; reconocer un sentimiento en el momento en que ocurre. Una
incapacidad en este sentido nos deja a merced de las emociones incontroladas; Manejar las emociones: La habilidad
para manejar los propios sentimientos a fin de que se expresen de forma
apropiada se fundamenta en la toma de conciencia de las propias emociones. La
habilidad para suavizar expresiones de ira, furia o irritabilidad es fundamental
en las relaciones interpersonales.
Motivarse
a sí mismo: Una emoción tiende a impulsar hacia una acción. Por eso, emoción y
motivación están íntimamente interrelacionados. Encaminar las emociones, y la
motivación consecuente, hacia el logro de objetivos es esencial para prestar
atención, auto motivarse, manejarse y realizar actividades creativas. El
autocontrol emocional conlleva a demorar gratificaciones y dominar la
impulsividad, lo cual suele estar presente en el logro de muchos objetivos. Las
personas que poseen estas habilidades tienden a ser más productivas y efectivas
en las actividades que emprenden.
Reconocer
que las emociones de los demás es un
don fundamental de la empatía, la cual
se basa en el conocimiento de las propias emociones. La empatía es la base del
altruismo. Las personas empáticas sintonizan mejor con las sutiles señales que
indican lo que los demás necesitan o desean. Esto las hace apropiadas para las
profesiones de la ayuda y servicios en sentido amplio (profesores, orientadores,
pedagogos, psicólogos, psicopedagogos, médicos, abogados, expertos en ventas,
entre otras.); Establecer relaciones:
El arte de establecer buenas relaciones con los demás es, en gran medida, la
habilidad de manejar las emociones de los demás. La competencia social y las
habilidades que conlleva, son la base del liderazgo, popularidad y eficiencia
interpersonal. Las personas que dominan estas habilidades sociales son capaces
de interactuar de forma suave y efectiva con los demás.
Según Goleman se deben Conocer las propias emociones, El
principio de Sócrates "conócete a
ti mismo" se refiere a esta pieza clave de la inteligencia
emocional: tener conciencia de las propias emociones; reconocer un sentimiento
en el momento en que ocurre. Una incapacidad en este sentido nos deja a merced
de las emociones incontroladas esta teoría tiene correlación con la debilidad
de los estudiantes que no sabe reconocer
el valor de ellos mismos para que los demás los valoren y poder así aumentar su
nivel de autoestima.
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