miércoles, 13 de marzo de 2019


Daniel Goleman (1995) Teoría de  la Inteligencia Emocional

Según Goleman (1995) existe un conocimiento de las emociones, y es función del educador transmitirlo. Se basa en una visión conductista del aprendizaje, que presupone que todos pueden aprender las emociones en lugar de estimular su desarrollo a través de la construcción. Goleman considera además que las emociones son parte del bagaje hereditario de cada individuo, lo que lo convierte en un resultado del entorno. Sin embargo es importante señalar que este acepta y refuerza la definición de un ser humano que necesita una educación centrada en la individualidad de sus habilidades cognitivas, en la complejidad y  particularidad de su aprendizaje.

Para Goleman la inteligencia emocional consiste en conocer las propias emociones: El principio de Sócrates "conócete a ti mismo" se refiere a esta pieza clave de la inteligencia emocional: tener conciencia de las propias emociones; reconocer un sentimiento en el momento en que ocurre. Una incapacidad en este sentido nos deja a merced de las emociones incontroladas; Manejar las emociones: La habilidad para manejar los propios sentimientos a fin de que se expresen de forma apropiada se fundamenta en la toma de conciencia de las propias emociones. La habilidad para suavizar expresiones de ira, furia o irritabilidad es fundamental en las relaciones interpersonales.

Motivarse a sí mismo: Una emoción tiende a impulsar hacia una acción. Por eso, emoción y motivación están íntimamente interrelacionados. Encaminar las emociones, y la motivación consecuente, hacia el logro de objetivos es esencial para prestar atención, auto motivarse, manejarse y realizar actividades creativas. El autocontrol emocional conlleva a demorar gratificaciones y dominar la impulsividad, lo cual suele estar presente en el logro de muchos objetivos. Las personas que poseen estas habilidades tienden a ser más productivas y efectivas en las actividades que emprenden.

Reconocer que las emociones de los demás es  un don  fundamental de la empatía, la cual se basa en el conocimiento de las propias emociones. La empatía es la base del altruismo. Las personas empáticas sintonizan mejor con las sutiles señales que indican lo que los demás necesitan o desean. Esto las hace apropiadas para las profesiones de la ayuda y servicios en sentido amplio (profesores, orientadores, pedagogos, psicólogos, psicopedagogos, médicos, abogados, expertos en ventas, entre otras.); Establecer relaciones: El arte de establecer buenas relaciones con los demás es, en gran medida, la habilidad de manejar las emociones de los demás. La competencia social y las habilidades que conlleva, son la base del liderazgo, popularidad y eficiencia interpersonal. Las personas que dominan estas habilidades sociales son capaces de interactuar de forma suave y efectiva con los demás.

Según Goleman se deben Conocer las propias emociones, El principio de Sócrates "conócete a ti mismo" se refiere a esta pieza clave de la inteligencia emocional: tener conciencia de las propias emociones; reconocer un sentimiento en el momento en que ocurre. Una incapacidad en este sentido nos deja a merced de las emociones incontroladas esta teoría tiene correlación con la debilidad de los estudiantes que no sabe  reconocer el valor de ellos mismos para que los demás los valoren y poder así aumentar su nivel de autoestima.

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