Kenneth Goodman (1996). Teoría
transaccional socio-psicolingüística
Goodman, afirma que “toda lectura es interpretación y lo que el lector es capaz de comprender y de aprender es a través de la lectura”. Este autor concibe la lectura, estrechamente relacionada con los procesos cognitivos y como fuente del conocimiento para la actuación en un contexto.
Este enfoque, que surge básicamente con el avance de las investigaciones de la psicolingüística y de la psicología cognoscitiva, sostiene una concepción de la lectura como un proceso "transactivo" en el que interactúan el pensamiento y el lenguaje. Dicho autor reconoce haber ampliado la perspectiva de Rosenblatt (1996), inspirada a su vez en la concepción de Dewey acerca de que "el sujeto que conoce y lo conocido cambian durante el conocimiento" (Goodman, 1996, p.21). En ese proceso el lector construye el sentido del texto a través de distintas transacciones con el material escrito y sus propios conocimientos sufren transformaciones, por lo tanto, en una perspectiva transaccional, tanto el sujeto que conoce como el objeto a conocer se transforman durante el proceso de conocimiento.
Los lectores tratan de dar sentido al texto,
componen el significado y por ello no hay significado en el texto hasta que el
lector decide que lo haya. Dentro de esta concepción se destaca el papel activo
que cumple el lector en el proceso de lectura. A saber: "El escritor crea
un texto para transmitir un significado; pero el texto nunca es una transmisión
completa del significado que quiere expresar el autor y mucho queda librado a
la suposición del lector. La comunicación humana nunca es perfecta y ello se
debe a que lo que los lectores o los oyentes comprenden depende igualmente
tanto de lo que ellos mismos aportan a la transacción como de lo que el autor
aportó a su texto. El significado
está en el lector y en el escritor, no en el texto" (Goodman,1996, p.12, el destacado es nuestro.)
En consecuencia,
según el autor de referencia, las transacciones lingüísticas que ocurren
durante los procesos de lectura y escritura podrían considerarse desde tres
puntos de vista: El proceso mediante el cual los escritores producen los
textos, luego las características de los textos y por último y no menos
importante el proceso mediante el cual los lectores dan sentido al texto. Se enfatizó que la lectura es para Goodman un suceso particular,
constituye una búsqueda de significado tentativa, selectiva y constructiva. El
lector adquiere su carácter de tal en virtud del acto de lectura y es a través
de éste que el texto adquiere significación. En el proceso de transacción lector
y texto son mutuamente dependientes y de su interpenetración recíproca surge
el sentido de la lectura.
De
alguna manera, este enfoque no se opone al propuesto por Kintsch (1996) sino
que va un paso más allá. El significado potencial del texto y el construido por
el lector nunca son idénticos, sino aproximados ya que éste involucra una serie
de inferencias y referencias que están basadas en sus propios esquemas. El
texto así construido es el que el lector comprende y cualquier referencia
posterior que haga respecto de lo leído tendrá por base el texto construido por
él y no el publicado por el autor.
Otro
aspecto relevante de este enfoque, y que es considerado de suma importancia
para Goodman, es la distinción entre comprender como proceso y comprensión como
producto. "Dado que el comprender es un proceso constructivo en el cual
los lectores dan sentido al texto, este proceso se desarrolla durante la lectura
y continua mucho después cuando el lector reconsidera y reelabora cuanto ha
comprendido; por ende la comprensión puede cambiar durante la evaluación "
(op.cit., p.49)
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